Mons. Lozano: Reciben herramientas para encarar el compromiso social y comunitario

Referentes parroquiales de Cáritas Arquidiocesana que desarrollan tareas en zonas vulnerables y líderes de organizaciones sociales con actuación en asentamientos precarios y villas de la provincia participaron del cierre del año de la Diplomatura en Líderes Sociales que organizaron, en forma conjunta, la Facultad de Filosofía y Humanidades y la Secretaria de Extensión y Relaciones Institucionales de la Universidad Católica de Cuyo junto a Cáritas San Juan y la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz.

En el cierre, realizado el pasado 13 de diciembre, en dependencias del Arzobispado de San Juan y coordinado por la decana de la Facultad de Filosofía, Lic. Beatriz Farah, se escucharon las impresiones de cada referente en el que expresaron que “todos somos actores sociales con diferentes grados de compromiso con la comunidad. Rescato la apertura de la Universidad, que nos haya permitido capacitarnos y vincularnos con la vida de cada uno de ustedes. Es auspicioso que los intelectuales, los sectores con más conocimientos se comprometan con los problemas sociales. La gente tiene muchos inconvenientes y este punto de encuentro va encaminado a construir esas herramientas que nos permitan construir una sociedad más justa, con igualdad”.

Otro líder social manifestó que “en las clases nos hemos sentido identificado con situaciones o vivencias y eso es muy positivo ya que estamos involucrados con la sociedad. Es muy importante que estemos acá, que nos vinculemos, que nos conozcamos, que ustedes como docentes puedan venir y hacer este intercambio y que podamos construir entre todos una sociedad mejor, más justa, con igualdad”.

Una referente social que hace su labor en el servicio de Oncología del Hospital Rawson hizo un pormenorizado análisis de lo que cada docente les fue legando en los módulos impartidos a lo largo de la Diplomatura. Al finalizar agradeció a todos quienes se capacitaron al manifestarles “cuando una persona nos elige para que escuchemos su problemática es porque les brindamos confianza y tenemos la obligación de contenerlos, respetarlos. No vulneremos la pobreza, no subjetivicemos las personas que nos dan mucho más de lo que nosotros a ellos. Tengamos paciencia, seamos tolerantes y ayudemos a formarlos, a educarlos. Tratemos que ellos alcancen su fin. La respuesta que nos brinden será siempre positiva y nunca se olvidarán de nosotros”.

Otros líderes sociales expresaron el crecimiento logrado “se ha ampliado mi visión a partir de los conocimientos que nos han impartido”. “Tuvimos ganas de venir y aprender para volcarlo en nuestra relación cotidiana, porque para aprender no hay edad”, dijeron.

Entre los objetivos que se fijaron en esta Diplomatura y que su coordinador, Mg. David Martín manifestó que se cumplieron acabadamente se destacan el crear un espacio de reflexión y formación para líderes sociales a fin de desarrollar en ellos competencias para intervenir y transformar positivamente la situación social de sus comunidades, desde los valores de la organización de la que forman parte, con el aporte del pensamiento social cristiano. También se buscó, dijo y creó, se logró, que estos líderes desarrollen capacidades vinculadas al liderazgo, como empatía, comunicación asertiva, planificación, resolución de conflictos y trabajo en equipo. Además, con esta Diplomatura se pudieron incorporar herramientas de organización y gestión que les permitirá formular e implementar proyectos participativos en sus comunidades”, acotó.

Palabra de Mons. Lozano

Como respuesta a los comentarios vertidos por los diplomados, habló el arzobispo de San Juan, Mons. Jorge Eduardo Lozano quien realizó una parábola cuando Jesús les dio de comer a una multitud al manifestar que implica la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los jóvenes como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos. “Ustedes están aquí por pertenecer a grupos, comunidades, organizaciones sociales y movimientos que pretenden resolver las necesidades más urgentes a través de un merendero, o conseguir ayuda solidaria y encarar las causas de la pobreza. Y la pobreza tiene que ver con situaciones de injusticia, de inequidad y también estamos llamados comunitariamente para ver cómo resolvemos esas situaciones con la participación social, política, en instituciones gremiales, barriales o sectoriales. Por ello me alegro mucho que hayan podido hacer esta capacitación, compartir experiencias, recibir herramientas para encarar este compromiso social y comunitario y les doy gracias por tratar de ver qué aportar al bien comun. También me alegro mucho que se haya dictado en el obispado, que es la casa que está abierta para todos y les aliento para que puedan asumir los compromisos que les ha ido calentando el corazón”.

Al concluir las actividades, los presentes compartieron un ágape y se comprometieron en seguir luchando desde sus lugares en bien de la comunidad en la que están insertos.