Adicciones, una mirada médica

 

En el marco de la Diplomatura en Bioética, organizada por el Instituto de Bioética dependiente del Vicerrectorado de Formación de la UCCuyo, se realizó a comienzos del mes de agosto, una nueva charla vía zoom, a cargo del Dr. Juan de Dios Alfonso, miembro de IMEP. El disertante trató una temática por demás importante en los tiempos que corren, que es "Adicciones: Una mirada médica" donde brindó un espacio de reflexión y debate de este tema a la luz del Evangelio.

Una síntesis, brindada por el autor, ofrecemos a continuación:

“Para poder comprender este vasto tema, que siempre se encuentra presente y más que nada hoy, donde las adicciones han tomado un papel preponderante en nuestra sociedad, es necesario observar primero las ciencias básicas.

Haciendo un repaso por la anatomía cerebral y un pequeño recordatorio de la fisiología de la neurona, llegamos a comprender que aquellos axones que llevan información de un lugar a otro en el Sistema Nervioso Central, reciben el nombre de vías (como también haces o tractos, para diferenciarlos de los nervios). Y toman una gran preponderancia las vías “antiguas”, “reptilianas”: Vías dopaminérgicas, meso-cortical y meso-límbicas (dopaminérgicas ya que usan dopamina como principal neurotransmisor, “meso” porque nacen en el mesencéfalo o cerebro medio, y “cortico” o “límbica”, los lugares de llegada o proyección).

Por otra parte, comprendimos en nuestra charla, el papel preponderante que posee la motivación como eje fundamental directriz y motor para las acciones que realiza, tanto el humano como los diferentes animales.

Motivación condicionada, o al menos promovida o disminuida, por el nivel de recompensa (placer) que dará cierta o aquella acción. Un recorrido por el camino de la neurociencia con lo que respecta a toma de decisiones, memoria, atención, afectividad, etc., que nos permitió comprender más y comprendernos.

Luego de ello vimos los experimentos que llevaron a la comprensión de los mecanismos subyacentes de la adicción. Modelos en animales, ratones de laboratorio, que permitieron localizar la vía en cuestión y darle nombre propio: “Sistema de recompensa”. Si al ratón se le da por elegir alguna droga, por ejemplo, cocaína, prefiere morir de inanición y continuar consumiendo el psicoestimulante antes que buscar otros estímulos (experimento 1). El ratón siempre recordará aquel lugar donde recibió la droga y obtuvo un placer inconmensurable (preferencia condicionada de lugar, experimento 2). Y, por último, vimos que las drogas generan cierta disminución de otros placeres, es decir, al ya poseer placer, la rata deja de buscar en cantidad el mismo, o en el peor de los casos, aunque se asocie choque eléctrico con dosis de psicoestimulante, nuestro querido animal prefiere el dolor de manera conjunta con la administración de la droga (experimento 3, autoestimulación intracraneal), modelos que, en parte, explicarán la conducta humana.

Y ya llegados a la temática en cuestión, se comprende a la adicción como un camino de 3 etapas. Nuestros sentidos recogen información de nuestro medio y, por ejemplo, comer, recordar, sentir, etc., generan en nosotros una “medida” de placer: repetible, constante, fija, predecible. Ahora bien, la mayoría de las sustancias de abuso que afectan el sistema de recompensa generan un secuestro, Hijacking al decir inglés, donde hay una liberación supra-fisiológica de neurotransmisores en la vía dopaminérgica, generando un nuevo placer: mayor, único, supra-deleitable, inigualable con otras sensaciones. Esta primera etapa de consumo es la de intoxicación aguda y es donde prima el refuerzo positivo. Y poco a poco, la persona va asociando, va generando nuevos aprendizajes, nacen redes neuronales: objeto = placer, lugar = placer, recuerdo = placer.

La segunda etapa se explica por una búsqueda del organismo para llegar a un equilibrio. Nacen mecanismos compensadores y las neuronas que antiguamente se activaban ante el consumo, actualmente ya no se activan de la misma manera. El mismo acto de consumir no posee el mismo nivel de placer. Es más, se ha afectado tanto nuestro sistema de recompensa que ya tampoco los placeres naturales (un mate con amigos, una conversación agradable, un buen libro) son placenteros. Priman entonces aquí los efectos negativos: “el consumo no genera tanto placer, pero si no consumo no poseo placer, por lo tanto, no poseo motivación”; surge la ansiedad y el temor, que es levemente aliviado por un nuevo consumo, y así como una rueda se cumple un ciclo. Prima aquí el refuerzo negativo y sabiamente esta etapa se llama abstinencia o estado negativo.

Y, por último, el último estado, el de las recaídas. ¿Por qué una persona que ha estado lejos del consumo como por 10 años, recae? Porque durante años y años, días y días, actos tras actos (hábitos) la persona ha forjado aprendizajes. Se guarda en su memoria el germen del placer pasado, de esa sensación tras el consumo, de ese sentirse elevado que no es suplido por nada natural. Y el cerebro responde a estímulos. Con tan solo ver una imagen, oler humo, escuchar un sonido, percibir un roce, algo relacionado con su pasado y viejo consumo, se activa la memoria y solicita imperiosamente volver a “sentir” eso de hace tantos años: y el adicto, puede caer después de tantos años de lucha y dominio.

En resumidas cuentas, esto es lo que pudimos hablar en una pequeña hora con diferentes profesionales respecto a un mal siempre perenne y actual, que son las adicciones. Visto desde un punto médico- neurológico, queda por entonces solicitar a las otras ciencias su ayuda para poder dar lucha a este flagelo de nuestro tiempo”.

 

Datos de la Diplomatura

La Diplomatura en Bioética es 100% virtual y está destinada a profesionales, docentes, estudiantes y público en general. Su objetivo es reflexionar desde la Bioética Global, con temáticas actuales que necesitan una perspectiva personalista.

Los próximos temas previstos en el programa de la Diplomatura son         “Eutanasia y Suicidio Asistido”, por Guillermo Avendaño; “Aborto: A un año de la Ley”, por Débora Ranieri de Cechini; “Objeción de conciencia”, por Luis Matons; “CoVid- 19: Qué enseñanzas nos dejó”, por Graciela Martín; “Hambre en el mundo”, por el Pbro. José Juan García; “Guerra: Derechos humanos. Genocidios”, por Alberto Hensel; “Prevención de las secuelas en las Terapias Intensivas”, a cargo de Susana Villalonga y “Problemas bioéticos en enfermería durante la pandemia”, por Sandra García.