La provincia de San Juan está ubicada en una zona considerada de máxima peligrosidad sísmica, razón por la que desde diversas instituciones públicas y privadas buscan unificar criterios y concientizar a la población en la forma correcta de actuar ante un evento natural. Existe la carencia de acciones que unifiquen las reacciones de la población ante un seísmo. En general, la mayoría de las organizaciones no cuentan con un plan de contingencia y mucho menos se trabaja en el desarrollo de simulacros que lo implementen en caso de evacuación de los edificios.

Esta laguna en los protocolos que tienen las instituciones fue advertida por las autoridades de la Facultad de Ciencias Químicas y Tecnológicas de la Universidad Católica de Cuyo quienes, a través de los docentes y alumnos de la Licenciatura en Seguridad y Salud Ocupacional, trabajaron en la generación de normativas y prácticas destinadas a lograr la autoprotección y reducción de riesgos ante la aparición de situaciones de emergencia como un terremoto.

En la evaluación previa realizada por el equipo de docentes se determinó que la Universidad presenta una carencia “cultural” sobre el hecho sísmico, es decir no tenemos incorporado el proceder estándar y actuamos desorganizada e intuitivamente.

El proyecto presentado por los responsables académicos planteó la formación teórica y la ejecución práctica de un Simulacro de Evacuación ante terremotos, que fue dirigido por los alumnos de la cátedra, con la formación y guía de los docentes responsables.

Sismo, incendio y heridos

En la realización se involucró a toda la comunidad educativa. Hubo dos etapas, primero el Simulacro de Evacuación en las unidades, en forma individual y, luego, en fecha posterior se realizó un Simulacro en todo el campus en forma sincronizada con la participación de todas las unidades académicas.

Los alumnos capacitaron a la mayor parte de la comunidad universitaria en conceptos mínimos sobre pautas de evacuación y, posteriormente, durante el simulacro se efectuó con el liderazgo de los alumnos en cada unidad, organizando los roles de los demás actores como alumnos de otros años, de otras carreras, docentes y personal no docente.

El ejercicio duró una hora e incluyó junto al simulacro de terremoto, un incendio como principal daño colateral y la asistencia a un estudiante herido, trasladado por la ambulancia y atendido en el Centro de Simulación Clínica de la Facultad de Ciencias Médicas de la misma universidad.

Los resultados de lo actuado fueron evaluados reconociendo los errores en la ejecución, los aciertos, los imponderables y todo aquello que enriquezca el procedimiento y la ejecución de un nuevo simulacro, en un ciclo de mejora continua.

Durante el simulacro general esta casa de estudios tuvo la participación de la Dirección de Bomberos D9, una ambulancia del Hospital Marcial Quiroga y del Municipio de Rivadavia.